Mariano Rajoy quiere atajar los ecos de una intervención que no sólo se ciernen sobre España, sino también sobre las autonomías tras desvelarse el alto déficit de algunas de ellas. Para ello, el Gobierno estudia imponer una rebaja contable por la que las ‘facturas en el cajón’ que engordan el déficit, se apliquen a las cuentas cerradas de años anteriores.
Tras anunciar a bombo y platillo lo mal que ha dejado el PSOE las arcas autonómicas de muchas de las regiones ahora en manos del PP, los populares han decidido cambiar de estrategia y ‘maquillar’ las cuentas de las comunidades de cara a Europa. De esta manera, los responsables económicos del Gobierno están inmersos en el estudio de una ‘treta’ legal con la que reducir al mínimo el déficit de estas administraciones.
La opción que está sobre la mesa de del Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro se centra en unir todas las facturas impagadas desde hace tiempo olvidadas en el cajón, y que no aparecen en ningún ejercicio económico, y aplicarlas a los años en el que se contrajeron en vez de en 2012. Es decir, si la Comunidad valenciana tiene unos impagos de 1.850 millones pertenecientes a los años 2009, 2010 y 2011, imputar cada factura al año en el que se produjeron.
Todo, para que las cifras de 2012 se acerquen lo máximo posible al 1,5% previsto por el Gobierno y que el interés que han despertado en los analistas internacionales la situación de las autonomías españolas se diluya junto a los ecos a una posible intervención de alguna región por parte del Ejecutivo.
Una medida que agrada en gran manera a los barones del PP que pueden así defender su gestión y trasladar toda la responsabilidad de estos impagos a los anteriores gestores. En el mencionado caso de la región valenciana, al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no le temblaría la voz en señalar a su antecesor en el cargo, Francisco Camps, como el verdadero culpable de la situación económica por la que pasan las arcas autonómicas tras la política de grandes fastos y eventos que protagonizó el ‘era Camps’.
Derroche que ya llevó al Tesoro español a salir al rescate de la comunidad levantina en plenas navidades ante su incapacidad de hacer frente a un vencimiento de 123 millones de euros de deuda contraída con Deutsche Bank.