La constructora Abertis ha retirado el cartel de se vende al 14,6% de participación que mantiene en la concesionaria portuguesa Brisa, que ahora considera entidad asociada. El desplome del 51% que la lusa se apuntó el año pasado y el mal pie con el que ha comenzado 2012 podrían estar detrás de este golpe de timón de la presidida por Salvador Alemany.
En el informe anual de cierre de 2010, Abertis calificaba su paquete accionarial en Brisa como “mantenido para la venta”, y solo un año después ha pasado a considerarse una participación financiera en una “entidad asociada”. La española justifica este movimiento en un cambio en la concepción sobre su participada y en la llegada a la mesa de decisiones de la lusa gracias al nombramiento de su director financiero como consejero de Brisa.
Sin embargo, los analistas consultados por este diario ven más allá de estos motivos y opinan que la situación de negocio y bursátil por la que atraviesa Brisa también aconsejaban a gritos este cambio. La cotizada lusa de infraestructuras, centrada en el negocio de las autopistas, ha sufrido en primera persona las estrecheces económicas por las que pasa su país y el negocio de las autopistas de peaje se ha recortado considerablemente.
Este jueves, Brisa cotizaba poco antes del cierre de mercados a 2,4 euros por título en Lisboa, un precio que supone un 68% de caída con respecto a enero de 2010. En lo que va de este 2012, el desplome alcanza ya el 5,4% y sin perspectivas de mejora a no ser que los resultados anuales que mañana presentará sorprendan con creces al conjunto del mercado. Un extremo que, ante la evolución de la economía portuguesa, parece improbable a todas luces.
Los expertos consideran que con el cambio de valoración de Brisa, Abertis se ahorra apuntarse una fuerte provisión al tener que valorar la venta de su paquete accionarial a precios de mercado. Con la nueva estrategia de Alemany, la inversión queda valorada a precio de coste 582,14 millones de euros. En una nota del banco francés Natixis, se habla de que la española no está dispuesta a vender sus títulos de Brisa “a precios actuales de mercado porque cree que las acciones no están valoradas justamente”.
En un movimiento para acallar especulaciones, Abertis ha anunciado también la suscripción de una opción de compra por 2,5 millones de títulos que podría ejercer antes del 16 de marzo. En caso de que finalmente diera el paso de adquirir estos títulos, su peso en el capital social pasaría a ser del 15% y conseguiría aglutinar un 16,3% de derechos de voto.
No ha faltado quien ha querido ver en este movimiento de la española, participada por CaixaBank (28,48%), ACS (10,33%) y el fondo CVC, un acercamiento para retomar la frustrada fusión ibérica que ya tanteó la de Alemany en el año 2007. Por aquel entonces, la familia portuguesa De Mello (33% de Brisa) y el fondo de infraestructuras Arcus (20,7% de Brisa) se negaron a la operación, principales accionistas de la compañía.
Hoy, los mercados no se han mostrado favorables a esta hipótesis y Brisa perdía un 3% en la víspera de la presentación de unos resultados que se prevén duros para la portuguesa. Fuetes del sector han restado peso a esta posibilidad y los expertos, además, han apuntado a que Abertis no parece dispuesta a engordar su partida de deuda para financiar compras, por lo que la operación debería hacerse mediante un canje de acciones. Un proceso que siempre podría frustrarse de nuevo con la oposición de las manos fuertes del consejo de Brisa.