Las condiciones macroeconómicas bajo las que navega Europa invitan a pensar que en 2012 aumentará el número de quiebras en el sector corporativo del Viejo Continente. La posibilidad de que muchos países de la región entren en recesión y las exigencias de capital que afronta el sector bancario hacen pensar a muchos expertos que el crédito apenas será visible para las empresas pequeñas o ya muy endeudadas.
«Las compañías lo van a tener muy difícil para operar en este entorno, y los bancos van a ser cada vez más selectivos a la hora de decidir a quién prestan dinero», ha explicado al diario Financial Times Peter Briggs, que es un analista de la consultora Alvarez & Marsal. Hace unos días, un banquero español explicaba que «aún nos quedan por ver unas cuantas Spanair», en referencia a la quiebra de la aerolínea, sucedida hace unos días.
Las opiniones de los analistas las avala el Banco Central Europeo (BCE), que ha demostrado en cifras cómo la concesión de créditos por parte de la banca se ha contraído sustancialmente en los últimos meses de 2011. Y la tendencia no parece, según afirman las propias entidades, que vaya a mejorar en el corto plazo.
No obstante, también hay lugar para el optimismo. Según un informe publicado por Morgan Stanley, muchas compañías europeas se encuentran en buena forma después de haber puesto en orden sus libros de contabilidad a raíz de la crisis financiera. De media, el endeudamiento de éstas respecto a los beneficios se encuentra en sus cifras más bajas de las últimas dos décadas.