Warren Buffet es una de las personas más influyentes dentro del entramado financiero internacional. El multimillonario es el máximo accionista, entre otras empresas, de la agencia de calificación Moody’s. Por ejemplo. Y ahora también parece haberse convertido en una de las personas más influyentes de la política estadounidense después de que Barack Obama haya decidido adoptar una de sus sugerencias más recientes: subir los impuestos a los ricos.
Ha sido una sorpresa. La noticia la ha filtrado la CNN, que ha tenido acceso al borrador del último discurso sobre la Unión que pronunciará el mandatario antes de las elecciones legislativas que tendrán lugar en noviembre. Los expertos esperaban un soliloquio centrado en la economía pero no medidas concretas, y menos de este calibre.
Obama propondrá el establecimiento de la llamada «regla de Buffett», que establece un tipo mínimo de impuestos para personas que ganan más de un millón de dólares, según ha asegurado la cadena estadounidense. Además de este impuesto, el presidente va a proponer uan reforma fiscal para hacer que los más ricos paguen más impuestos, después de los recortes fiscales que aprobó el Gobierno republicano de George Bush en 2001 y en 2003.
Pero no son las únicas propuestas. Fuentes demócratas aseguran que se van a establecer propuestas para refinanciar a los propietarios que no pueden pagar y se van a promover incentivos fiscales adicionales para las empresas que creen puestos de trabajo en el país. La idea de la Administración Obama es conectar con las clases medias que están sufriendo la crisis para garantizarles «un trato justo para todos». Tampoco se olvidará el presidente de la energía limpia, que recibirá incentivos económicos, y de la promoción de nuevas medidas en educación, sobre todo en el caso de las carreras técnicas.