Ha pasado casi inadvertido oculto entre el ‘caso Urdangarin’, que trae de cabeza a la Familia Real, y entre el caso de los trajes de Camps, que se llevó por delante al presidente de la Generalitat valenciana, pero El País no está dispuesto a que su ‘muerte’ sea un suceso que pase sin pena ni gloria. Nos referimos al centro cultural Niemeyer de Avilés que “víctima de las disputas políticas y de las denuncias por irregularidades” vivió ayer su último día, como hace notar el diario de Prisa.
Y es que el diario progresista recalca que “Francisco Álvarez Cascos ha logrado en cosa de año y medio (el que va desde las elecciones municipales y autonómicas de mayo hasta ayer mismo) la hazaña de cerrar una ilusionante fábrica de contenidos culturales”. Y añade que “Álvarez-Cascos y su apisonador Foro Asturias, armados hasta los dientes con el ferozmente demagógico aunque eficaz argumento de que en tiempos de crisis, hay que recortar en cultura, llevan seis meses enfrentados a los los gestores de la Fundación del Centro Niemeyer”.
De nada han servido las protestas ciudadanas, el centro cierra sus puertas. Aunque la cosa no acaba ahí, ya que según el País, la Fundación ha anunciado una querella por valor de 20 millones de euros contra Alvarez-Cascos y su consejero de Cultura “por daños y perjuicios, injurias, calumnias y prevaricación”, y además pondrán en marcha la recogida de 10.000 firmas para tramitar una iniciativa legislativa popular ante el Parlamento autonómico que regule el centro al margen de los vaivenes políticos”.