Los sindicatos educativos de Madrid están dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir que el Gobierno regional revierta las instrucciones de inicio de curso en las que se contemplan los recortes en la enseñanza pública. Por ello, y ante la negativa a una posible negociación de la presidenta Esperanza Aguirre y la Consejera de Educación Lucía Figar, ya están preparando una ‘bienvenida caliente’ al que creen saldrá elegido el 20-N como presidente del Ejecutivo central, Mariano Rajoy.
Las movilizaciones de la Marea Verde, que comenzaron en septiembre de la mano de los docentes de Secundaria, han ido extendiéndose poco a poco por todos los niveles educativos, y según han indicado CCOO y UGT esta mañana los profesores de las Universidades públicas podrían unirse a los actos de protesta que se convocarán tras los comicios generales debido a la situación en la que se encuentran tras los recortes de los últimos años.
Estas organizaciones han asegurado, tras anunciar que la Educación Infantil también está llamada a la huelga que han convocado junto con STEM para el 17 de noviembre, en plena campaña electoral, que las Universidades públicas de la Comunidad de Madrid también se han visto afectadas por el ‘tijeretazo’ de Esperanza Aguirre, ya que en los últimos años han visto cómo se reducía su presupuesto en un 76%.
Algo que, unido a la precariedad de los becarios y al deterioro de las condiciones de trabajo del cuerpo educativo, ha derivado en un malestar que los sindicatos creen que podría explotar con el cambio de Gobierno, ya que las encuestas vaticinan una victoria popular y se cree que los recortes que han llevado a cabo autonomías regidas por el PP, como es el caso de la Comunidad de Madrid, podrían incrementarse con la llegada del nuevo Ejecutivo central.
Por ello, y debido a que este problema no es exclusivo de Madrid, ya que también se han producido diversas protestas contra los recortes en Castilla-La Mancha, Galicia y Navarra, a las que hoy se han sumado los docentes de Cataluña, los sindicatos han asegurado que no descartan extender las movilizaciones en el tiempo, e incluso pedir a Mariano Rajoy que interceda en el conflicto, si los acontecimientos no evolucionan con vistas a mantener la calidad de la enseñanza pública.