La Cumbre Europea no ha convencido a los especuladores financieros. O, mejor dicho, no les ha hecho replantearse su estrategia de negocio (jugar con la incertidumbre del mercado para hacer dinero) en Europa. No es por tanto descabellado llegar a la conclusión de que estos inversores fascinados por el riesgo terminarán el año tal y como lo empezaron: especulando con la deuda soberana de buena parte de la UE. Dicen que faltan detalles sobre lo que se ha hablado y, además, no parece haber ningún papel firmado.
Stuart Thomson, un experto que trabaja para el hedge fund británico Ignis Asset Management, ha explicado que «nadie quiere ver una crisis, y por eso se confía en los milagros». Sin embargo, asegura, «hay demasiada cantidad de deuda en Europa, y las cifras van a seguir aumentando». Por eso no entiende que «se nos trate de presentar el fondo de rescate [que ahora parece que va a tener un presupuesto de 1 billón de euros] como una respuesta apropiada ante semejante situación».
Una opinión que comparte un colega suyo que gestiona un hedge fund en Suiza. «Esto es como el primer rescate griego [aprobado en mayo de 2010]; son soluciones cortoplacistas que a largo plazo acabarán persiguiendo a sus defensores», comentaba esta fuente, para preguntar si realmente alguien considera que Italia va a solucionar sus trapos sucios financieros. «La única pregunta que uno puede hacerse es cuánto va a durar esta nueva supuesta solución», concluye.
Desde Bruselas se ha emitido un comunicado resumiendo las conclusiones de la Cumbre Europea. Entre ellas destaca que los bancos asumirán un 50% de quita en bonos helenos, que el segundo rescate de Grecia costará 130.000 millones de euros y que el fondo de rescate de la región (EFSF) tendrá un presupuesto de un billón de euros.