Las últimas noticias relacionadas con el escándalo de Novacaixagalicia dejan en evidencia a una clase política que, aún ahora, señala al Banco de España como el principal culpable de la nefasta situación que atraviesa el sector.
Sin embargo, ha salido a la luz que los consejeros de esta institución con poder de decisión sobre las retribuciones multimillonarias de unos gestores que han llevado a la quiebra a la caja en cuestión pertenecen al PP, al PSOE y al BNG. Mi jefe, al enterarse del asunto, me lo ha dicho claro: los partidos políticos carecen de profesionalidad y pudor, y van a acabar como las cajas, quebrados y sin crédito.
Y me ha vuelto a repetir lo mismo: que las cajas, al ser de todos, pues no eran de nadie, y al no ser realmente de nadie, fueron utilizadas por unos listos para forrarse y, en el proceso, llevarlas a la quiebra. Con el beneplácito de las grandes formaciones políticas, por lo visto. Así que, mi jefe recalca que ahora nadie se puede quejar de que no sabía nada. Si los trabajadores o los políticos no se han enterado de nada, es porque su propia gente no ha hecho bien su trabajo.