El principal banco por capitalización bursátil de Alemania, Deutsche Bank, ha cerrado la semana con caídas próximas al 6% a pocos minutos del cierre de mercado debido a los frentes que mantiene abiertos en Europa y en EEUU. En el Viejo Continente la crisis de deuda ha vuelto a dar síntomas este viernes de recrudecerse, y en Washington la Casa Blanca ha decidido demandar a los grandes bancos, entre los que se encuentra la entidad germana, por alimentar la burbuja hipotecaria.
Después de una bronca monumental en Grecia, en donde la directora de la Agencia Estatal de Presupuesto helena se ha visto obligada a dimitir después de que se haya filtrado un informe en el que los expertos vaticinaban que Atenas no iba a poder conseguir reducir el déficit en 2011 hasta el 7,5%, las tensiones han regresado a los mercados de deuda y, en consecuencia, a las bolsas de la región. Debido a la exposición que los bancos alemanes mantienen en el país mediterráneo, Deutsche Bank se ha visto especialmente afectado por la incertidumbre, según informa Reuters.
También influye el hecho de que, a diferencia de otros grupos bancarios como HSBC, Lloyds, Barclays, UBS o Credit Suisse, la entidad que preside Josef Ackermann ha negado que pretenda llevar a cabo recortes de personal con el ánimo de recortar costes. HSBC, por ejemplo, ha anunciado para 2013 unos 30.000 despidos en su división bancaria en EEUU y en Europa.
Al otro lado del Atlántico, a Deutsche Bank le ha sorprendido la noticia que adelantaba el rotativo The New York Times sobre una demanda que prepara el Gobierno de EEUU tras acusar a los grandes bancos presentes en el país de engañar a los inversores sobre la calidad de los títulos hipotecarios vendidos en plena burbuja inmobiliaria.
La Agencia Federal de Financiación de Viviendas (FHA), encargada que vigilar a las enormes instituciones hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, presentará la demanda contra una lista de «más de una docena» de bancos que incluye Bank of America, JPMorgan Chase, Goldman Sachs y Deutsche Bank.
En el pleito, la agencia argumentará que los bancos, al agrupar las hipotecas para poder emitir valores basados en esos activos, no investigaron debidamente la fiabilidad de los contratos hipotecarios, como exigen las leyes bursátiles, y pasaron por alto los indicios de que los ingresos de muchos prestatarios se habían exagerado o falsificado.