El índice S&P 500, que agrupa a las mayores cotizadas del parqué neoyorquino, va camino de anotarse su segundo peor mes de agosto en la historia de Wall Street. Hasta el cierre de esta edición, el selectivo de las 500 cotizadas se habían dejado un 10,05% desde el pasado día 1 de este mes. Este desplome en un mes tranquilo pero bajista como agosto sólo es superado por el de 1998 a consecuencia de una fuerte crisis financiera en Asia.
Ni tan siquiera el ‘rally’ del 3,5% del pasado martes ha podido enderezar el rumbo de este atípico mes de agosto. Aunque desde la década de los 90, el tercer trimestre del año es tradicionalmente el peor para los mercados, el desplome de este agosto va camino de hacerse con un hueco en la historia negra de Wall Street. La causa está en los rumores y miedos que han gobernado los parqués internacionales durante este mes que toca a su fin.
El retroceso del S&P 500 es aún mayor si se compara su registro actual con su máximo de este 2011, alcanzado el pasado 29 de abril, cuando consiguió marcar los 1.363 enteros. Al cierre de esta edición, el índice neoyorquino sólo alcanzaba los 1.162 puntos, por lo que la caída desde entonces llega al 14,75%.
Los expertos dicen que se vuelve a cumplir el dicho neoyorquino de “vende en mayo y escapa”. Y es que, en Wall Street el tiempo que va desde el Memorial Day (último lunes de mayo) al Labor Day (primer lunes de septiembre) es el peor para hacer ganancias debido a un menor volumen negociado y al freno que los meses estivales suelen imponer a la producción industrial y al consumo.
Junto al sol de verano, este agosto también han pesado en Wall Street las malas cifras macros que se han conocido en la últimas semanas. El 29 de julio salió el primer dato del PIB del segundo trimestre y la cifra final quedó muy por debajo de lo esperado. Para más inri, hoy mismo esta cifra ha sido revisada tres décimas a la baja hasta el 1%. Además, agosto ha traído sucesivos aumentos en el número de solicitudes de ayuda al desempleo y varios índices de actividad manufacturera e industrial que no han conseguido colmar las expectativas del mercado.
A la espera de que septiembre traiga medidas de flexibilización económica por parte de la Fed, las 500 mayores cotizadas de EEUU ultiman un agosto negro sólo superado por el de 1998, cuando un efecto dominó entre varias economías pujantes del sureste asiático dio lugar a la que está considerada como la primera gran crisis económica global.