Habría que remontarse a diciembre de 2008, uno de los momentos más álgidos de la crisis financiera, para ver un momento de pánico similar en la Bolsa de Nueva York. El Dow Jones se ha desplomado un 4,31% y ha borrado de un plumazo 500 puntos. Mayores aún han sido los retrocesos del S&P (4,78%) y del Nasdaq (5,08%).
Los inversores tienen miedo a que la economía se encamine hacia una nueva recesión. La debilidad de la economía se plasma día a día con los datos macro que se van publicando y los inversores se temen lo peor mañana, cuando se conozca el dato del paro mensual.
Estas fuertes caídas se producen después de que los mercados europeos también vivieran una jornada negra, aunque en este caso por distintas razones: la crisis de deuda ya no es un problema exclusivo de los países de la periferia del continente.
