Los fondos de pensiones y del mercado españoles no se muestran preocupados por la situación de la banca alemana y francesa, donde algunos de estos inversores institucionales han centrado históricamente parte de su atención a la hora de realizar inversiones que conlleven una rentabilidad atractiva por la seguridad que supone cobrarla en el plazo estimado. Todo ello a pesar de que las entidades de ambos países son las que más dinero se juegan en la crisis de deuda griega según han desvelado los datos más recientes publicados por el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés).
Según ha explicado a EL BOLETÍN el director general de Inverco (la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones), Ángel Martínez-Aldama, en España se sigue la ley de diversificación del riesgo europea que penaliza a los fondos que inviertan más de un 5% del total de sus activos en un mismo emisor. «Por este motivo, en Europa es extraño que haya un fondo con más de un 10% de su exposición destinada a un mismo sector, incluido el sector bancario por ejemplo».
Esta tranquilidad contrasta con la preocupación que existe en la industria de fondos de activos monetarios estadounidense, y que ha plasmado un artículo del prestigioso diario The New York Times en el que se señala que las inversiones históricamente conservadoras por parte estos fondos ya no lo son tanto debido a la reciente crisis de deuda europea. Según afirma la pieza del rotativo neoyorquino, la crisis que atraviesa Grecia podría dañar, indirectamente, los bolsillos de 50 millones de personas en EEUU. Indirectamente (el matiz es importante) porque estos fondos sí han recortado sus apuestas en los bancos de Grecia, Portugal e Irlanda; y también, aunque en menor medida, en las entidades españolas e italianas. Sin embargo, sus inversiones en los bancos franceses y alemanes apenas se han visto modificadas, siendo estas entidades las más implicadas en la economía griega, y con el riesgo de ser las más perjudicadas en el caso de un impago por parte del país mediterráneo.
El diferente clima que se respira en el Viejo Continente y en EEUU lo explica el hecho de que, según las cifras ofrecidas por los fondos de EEUU, hasta el 50% de sus inversiones ha estado vinculado recientemente con el sector bancario europeo. Nada que ver con el porcentaje señalado por el experto de Inverco para Europa. Además, Martínez-Aldama ha comentado también la diferencia de tamaño entre la industria de los fondos estadounidenses, que es mucho más grande, y la de los europeos.
Esta realidad demuestra que la crisis de Grecia podría tener un efecto devastador en los mercados más allá de la zona del euro. De hecho, esta es la segunda ocasión en la que The New York Times advierte sobre las consecuencias de una quiebra helena. En la primera -realizada la semana pasada- el diario ya mencionó el riesgo que suponen los productos derivados de la deuda tales como los CDS (los seguros contra el impago de ésta), de los que es difícil saber quién puede tenerlos y quién no debido a que los mercados en los que operan estos productos son tremendamente especulativos.