¿Pero alguien dudaba de que la oleada de recortes sociales por toda Europa no iba a tener una respuesta? En España ya nadie se lo pregunta, y si no, que se lo digan a Artur Mas. De nada ha servido que retrasara la presentación de los presupuestos de Cataluña hasta después de las elecciones para calmar los ánimos, porque ahora están más encendidos que nunca.
Mi jefe está ansioso por saber que pasará mañana en Valencia y que le tienen preparado los ‘indignados’ a Francisco Camps en su investidura. ¿Irá también en helicóptero?, ¿en un furgón de reparto de Coca-Cola? ¡Ah no!, que el presidente de esta multinacional en España es también un ‘indignado’ (o eso dice él).
No hace mucho el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, avisó de que “nuestras democracias no están preparadas para rescatar de nuevo al sistema financiero”. Tal vez se equivocó. Tal vez nunca lo hayan estado. Mi jefe dice que esto no ha hecho más que empezar. Ahora es en España, pero las protestas podrían extenderse por toda Europa. No sería la primera vez…
