El Gobierno griego estudia la creación de unos bancos malos que puedan absorver los activos tóxicos (fundamentalmente deuda griega) de las entidades financieras públicas en un afán por atraer inversores que puedan estar interesados en participar en ellas. Un modelo inspirado en el modelo de las cajas de ahorro españolas.
Según ha asegurado el rotativo local To Vima, en casos como el de Savings Post Bank esta medida podría potenciar su precio de salida y, mediante su privatización, aportar liquidez al Estado griego, que actualmente cuenta con muchas dificultades para lograr financiación en los mercados internacionales; la rentabilidad de su bono a diez años ya supera el 17%.
Precisamente, los bancos helenos tienen alrededor de 50.000 millones de euros en bonos de su propio país, y tras dos años de crisis de deuda y el rumor de una reestructuración sobrevolando cada reunión del Tesoro griego celebrada en los últimos meses, buena parte de estos papeles han perdido su valor nominal.
Siguiendo el modelo de cajas de ahorro como Bankia, el banco malo de cada entidad griega asumiría estas inversiones y separaría así estos activos de su negocio bancario, que sería donde entrarían a participar los inversores que así lo deseen.