Carlos Slim, el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, ha comprado una participación significativa de BlackRock, según informa el Financial Times (FT), y ahora controla el 2% del fondo de capital privado. El mexicano llevó a cabo esta adquisición durante la reciente ampliación de capital de BlackRock, estimada en casi 10.000 millones de dólares, y a la que, según el diario británico, también acudió el banco noruego Norges Bank, que ahora posee el 7,5% de la firma estadounidense.
La colocación de estas acciones nuevas corrió a cargo del Bank of America y el PNC. FT, que cita fuentes cercanas al acuerdo, apunta que BlackRock tiene intención, tras esta operación, de expandir su negocio a los mercados extranjeros, incluida América Latina. Entre los accionistas de BlackRock, que administra unos 3.500 millones de dólares de grandes clientes, también se encuentran fondos de Oriente Medio y Asia, que también aumentaron su participación en el gestor estadounidense durante la ampliación de capital realizada, a un precio de 163 dólares por acción.
El grupo Mizuho Financial pagó la semana pasada 500 millones de dólares por una participación en BlackRock y anunció su intención de cooperar con la estadounidense a la hora de ofrecer a los clientes asiáticos más productos de inversión.
Otro de los accionistas del fondo de capital privado es Olayan Group, inversor de Arabia Saudí que posee una pequeña participación.
BlackRock, poco conocido fuera de los círculos económicos, ganó importancia en EEUU después de que el Gobierno le encargase el rescate de Bear Stears, AIG y Citigroup, y actualmente es uno de los mayores gestores de activos del mundo.
Con esta adquisición, el mexicano ha aumentado sus inversiones en EEUU, donde tiene muchos intereses económicos. Slim es el mayor accionista no relacionado con la familia Ochs-Sulzberger del grupo The New York Times, del que controla un 6,9% desde 2008.
Además, en enero de 2009 otorgó un préstamo de 250 millones de dólares a los gestores del periódico para ayudarles a superar los problemas financieros. A principios de este año Slim pagó 104 millones de dólares por un edificio de oficinas situado en la Quinta Avenida de Nueva York, y el pasado mes de julio compró una mansión en la misma calle, por la que pagó 44 millones de dólares.