Reino Unido e Italia obligan a Angela Merkel a defender el euro

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Reino Unido e Italia obligan a Angela Merkel a defender el euro

Reino Unido e Italia han puesto fin al debate abierto por la canciller alemana, Angela Merkel, para incorporar a los tenedores privados de deuda pública al mecanismo de rescate de la Unión Europea. La posible modificación de este programa no afectará a los bonos soberanos en circulación. El anuncio consiguió calmar las tensiones de los mercados y reactivó la cotización del euro.

Los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia (los cuatro, miembros del G-7) y España emitieron hoy en Seúl, al margen de la cumbre del G-20, un comunicado conjunto en el que subrayaron que cualquier nuevo mecanismo de rescate sólo entraría en vigor a partir de mediados de 2013. Gran parte de la angustia de los mercados ha derivado de la propuesta realizada por el eje franco-alemán para exigir a los países en problemas a reestructurar su deuda si se encuentran aislados en los mercados de crédito. El objetivo de esta petición fue trasferir parte del coste de los posibles impagos al sector privado en lugar de a los contribuyentes. Los inversores respondieron con la venta masiva de los bonos emitidos por los países altamente endeudados, fundamentalmente Irlanda. España tampoco ha apoyado la propuesta de Merkel. “No estamos de acuerdo y no será fácil que prospere”, aseguró esta misma mañana el presidente Zapatero.

Finalmente las presiones han surtido efecto, sobre todo las provenientes del Reino Unido, cuyos bancos cuentan con una elevada exposición a la deuda irlandesa. Por ejemplo, RBS, controlado en en un 83% por el Estado británico, opera en la vecina Irlanda a través del Ulster Bank, que presentaba al cierre de marzo una exposición a la deuda irlandesa de 4.280 millones de libras (unos 4.985 millones de euros), según los datos que se hicieron públicos en julio cuando salieron a la luz los test de resistencia a la banca.

La noticia eliminó muchas incertidumbres en los mercados de deuda. El diferencial de rentabilidad de los bonos a diez años de España sobre su equivalente alemán bajó 15 puntos básicos, hasta el 4,569%. Lo mismo sucedió en el caso de Irlanda, Grecia, Portugal e Italia. Mientras, el ‘yield’ del bund llegó a superar el 2,5%, lo que demuestra una vez más que Alemania ha de elevar sus costes de financiación para que la deuda del resto de países europeos mejore. El bono de referencia italiano ha superado en las última semanas el 4% y el británico ha llegado a tocar el 3,2%.

En el mercado de divisas, el euro repuntaba en su cruce con la divisa estadounidense un 0,6%, hasta el cambio de 1,3748 dólares. La libra cedió posiciones frente al euro por primera vez en las últimas siete sesiones. En concreto, retrocedía un 0,4% en medio de las preocupaciones por la extensión de la crisis irlandesa al Reino Unido.

Aunque las tensiones en los mercados occidentales comienzan a relajarse, los riesgos para la economía mundial aún están muy lejos de haber terminado. En eset contexto, el aún presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha lanzado un claro mensaje a los países más desarrollados advirtiendo de que si éstos no aumentan su consumo en lugar de incrementar las exportaciones la economía global entrará en bancarrota. “Existe una visible contradicción: por un lado tenemos a las economías emergentes, incluida Brasil, tomando medidas para incrementar su consumo (interno), y en el lado contrario, a los países más ricos, que no están consumiendo, no quieren comprar, sólo quieren vender”, según ha señalado Lula, que deja en el aire una reflexión: “Si todo el mundo vende, ¿quién va a comprar?”.

Los dardos lanzados por Lula a los países occidentales tienen se comparan con los continuos mensajes del secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, a China por su política intervencionista del yuan. Según Geithner, el gigante asiático no podrá mantener la presión de un yuan devaluado ya que se reflejará en un mayor aumento de la inflación. Las palabras de uno de los hombres de confianza de Obama se producen apenas un día después de que el Gobierno chino anunciase ayer que en octubre la inflación subió un 4,4%, el ritmo más alto desde que comenzó la crisis financiera, lo que hoy ha despertado rumores de que el banco central del país anunciará una nueva subida de tipos. Sin embargo, no se espera que permita una revaluación de la moneda respecto al billete verde.

Mientras Geithner se queja de la política monetaria china, la Fed estadounidense ha sido a su vez objeto de críticas por parte de los países europeos por sus medidas de estímulo económico, aunque el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, ha echado un capote sobre los hombres de Bernanke. “Hay un mundo de diferencia entre intervenir el tipo de cambio y tomar una medida” y que el mercado responda de una determinada manera, según ha recordado King, que exhibe las diferencias entre las políticas de China y EEUU.

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