La detención del presidente de la Diputación de Alicante y l

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La detención del presidente de la Diputación de Alicante y l

La detención del presidente de la Diputación de Alicante y líder provincial del PP, José Joaquín Ripoll, abre hoy las portadas, aunque si nos atenemos a los titulares de la prensa conservadora parece que los protagonistas de la noticia son la Fiscalía y la Policía y no los presuntos implicados en una trama de corrupción vinculada con contratos de recogida de basura, ya que se quedan más en las formas del arresto que en el fondo de la cuestión: el supuesto amaño de concursos públicos.

Por ejemplo, La Razón deja el titular informativo para mejor ocasión y dice: “Anticorrupción lanza otra ofensiva mediática contra el PP valenciano” destacando que el dirigente popular permaneció arrestado 12 horas para declarar sólo durante diez minutos. Y en el mismo sentido se pronuncia Abc al reprochar en primera que Ripoll se viera “envuelto en un ‘show’ mediático sólo para declarar diez minutos” para después dejar claro en páginas interiores que “la actuación de la Fiscalía Anticorrupción reabre el debate sobre la persecución oportunista a cargos públicos”. Finalmente, El Mundo, como es habitual en él, plantea una retahíla de incógnitas sobre la detención del ‘popular’ que exige explique el ministro de Interior. En el otro bando, se encuentran los diarios denominados progresistas como El País y Público que lo que recalcan es que este nuevo escándalo se suma al de Fabra y al Gürtel.

Ya lo echábamos en falta. Nos referimos al editorial del de Prisa sobre la resistencia de comunidades del PP a aplicar la Ley del Aborto. Lo titula “Juego antidemocrático” y califica el espectáculo de “un pésimo ejemplo y una grave irresponsabilidad”. Además denuncia que “empieza a ser una penosa costumbre” tanto que que el PP se sirva del Tribunal Constitucional para intentar imponer sus posiciones derrotadas en sede parlamentaria, como el que oponga “una resistencia pasiva, cuando no insumisión activa”, a normas aprobadas por el Parlamento cuando no han tenido su apoyo.

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