La economía estadounidense destruyó 20.000 puestos de trabajo en enero, según los datos oficiales publicados hoy por el Departamento de Trabajo. La estadística es sustancialmente peor que la previsión realizada por los analistas de la banca de inversión al respecto. Los expertos esperaban para este mes un número neto positivo en la creación de empleo que, aunque fuera muy moderado, demostrara que la vitalidad económica que se reflejó en el último dato del crecimiento del PIB (+5,7%) empieza a revitalizar la capacidad de generar trabajo del tejido productivo del país norteamericano que, sin embargo, no ha despertado aún.
Por eso en las quinielas previas a la aparición oficial de la cifra se barajaba una ganancia del empleo que se situara entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo nuevos. La decepción, además, no ha afectado sólo a la primera cifra de empleo del año. El Departamento de Trabajo ha revisado al alza también hoy algunos de los datos correspondientes al pasado año con un resultado devastador.
Según las nuevas cifras oficiales presentadas hoy, el pasado año 1, 704 millones de estadounidenses se quedaron sin trabajo. Son 600.000 más de los que se habían contabilizado previamente.
Estadísticas. Estos aumentos, sin embargo, no se reflejan en la tasa de paro del país que se ha reducido, a pesar del aumento registrado en el desempleo en EEUU. En enero, este guarismo que suele usarse a efectos comparativos con las referencias de otros países se ha situado en el 9,7% desde el 10% de diciembre.
La falta de unas estadísticas de empleo creíbles (ver apoyo) no es nueva. Pero prácticamente nadie se había preocupado de esto. Ni entre los analistas de servicios de estudios o que se mueven en los ámbitos académicos, ni entre los expertos de la banca de inversión.
Lo normal hasta ahora es que fueran los demás países quienes se preocuparan, si querían, de estas minucias comparativas. Pero las cifras sin precedentes del endeudamiento que el país ha alcanzado en los últimos cinco años han contribuido a cambiar las cosas. Desde los últimos compases del pasado año, por ejemplo, los diferenciales entre las deudas públicas mundiales se establecen con el bono alemán, que se considera en el más fiable de los títulos soberanos emitidos por los grandes Tesoros mundiales.
La tradicional discrepancia entre los informes sobre el empleo, públicos y privados, que se presentan periódicamente en EEUU parece estar muy cerca de su desaparición. Quizá porque el momento exige prestar atención a estos números. Por segundo mes consecutivo, los datos oficiales del Departamento de Trabajo están casi en línea con los presentados al principio de esta semana por la consultora ADP que indicaban una pérdida neta de 22.000 puestos de Trabajo.