Hay unanimidad en la prensa a la hora de criticar los bandazos que está dando el Gobierno con la reforma del sistema público de pensiones. El último episodio de que el Ejecutivo reculara y rectificara en cuestión de horas su propuesta de ampliar de 15 a 25 el número de años para calcular la prestación ha sido la gota que ha colmado el vaso y los diarios, progresistas y conservadores, califican lo sucedido de “chapuza”, “esperpento”, “ocurrencia”, “frivolidad” “falta de rigor político” entre otras perlas, e incluso hay quien, como Ignacio Escolar en Público le echa humor al asunto al afirmar que “ya sabemos quién inspira la nueva política económica del Gobierno, esa receta que es al mismo tiempo socialista y liberal. No era Obama, ni Keynes ni Lakoff. La teoría ahora la marca Ricky Martin: un pasito p’alante, un pasito p’atrás”.
Más en serio, La Razón, El Mundo y El País inciden en alertar del daño que de cara a la credibilidad de España provocan estos vaivenes. El diario de Pedrojota se pregunta ¿qué pueden pensar los dirigentes europeos y los inversores internacionales después de tamaña muestra de improvisación y de los bandazos de este Ejecutivo?” y en el mismo sentido se pronuncia el rotativo de Prisa, que considera que “la condición inexcusable para que los ciudadanos, los mercados y Bruselas confíen en la solvencia de la economía española es que los mensajes de reforma sean verídicos y claros”, acusa al Gobierno de haber “burlado ambos requisitos” y denuncia que da “la impresión de que el equipo económico juega con globos sonda y se complace en el despiste”.
Las críticas a Zapatero no hacen que El País olvide “la avidez intervencionista” respecto a Caja Madrid que se deriva de la conversación de la ‘lideresa’ recogida por un micrófono indiscreto, e insta al PP a tomar medidas para que las malas prácticas de Aguirre no pongan en peligro la recuperación de la entidad. “No es éste el mejor momento para orquestar intrigas de salón”.
