La normalidad ha sido el denominador común en los juzgados españoles. Apenas ha tenido incidencia la huelga convocada por la APM, la única de las cuatro asociaciones judiciales que ha secundado la convocatoria de hoy y la mayoritaria en el colectivo.
Esta es la segunda vez en la historia que los jueces van a la huelga. La primera tuvo lugar en el mes de febrero, aunque en aquella ocasión sí recibió el apoyo de Jueces para la Democracia, la Asociación Francisco de Vitoria y el Foro Judicial Independiente pero no la respaldó la APM. En aquella ocasión el ministro de Justicia era Mariano Fernández Bermejo, quien dimitió a los pocos días.
El motivo de la protesta, según ha declarado estos días el portavoz de la APM, Antonio García, es protestar contra el último plan de modernización de la Justicia presentado por el ministro del ramo al considerarlo “insuficiente”. Las asociaciones que se han desmarcado de la huelga argumentaron que el proceso de negociación con el Gobierno para concretar este plan todavía está abierto.
A falta de cifras sobre el seguimiento que ha tenido la huelga, a media jornada los primeros datos apuntaban a que ha sido secundada principalmente en Extremadura, Cataluña, País Vasco, Cantabria y Comunidad Valenciana. Aun así, la incidencia en estas regiones ha sido escasa, excepto en los tribunales extremeños donde ha rozado el 50%.
Su llamamiento apenas ha tenido incidencia, incluso en su principal feudo, Castilla y León donde apenas la ha secundado un 30%. En el conjunto de España, según cifras del CGPJ, el paro ha sido respaldado por un 23%.
En Madrid y Barcelona apenas se ha notado la huelga. En los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, la normalidad ha dominado la jornada. Lo mismo que en el Tribunal Supremo, donde el 100% de los jueces han ido a trabajar. En la Audiencia Nacional sólo el magistrado Eloy Velasco se ha ausentado de su puesto de trabajo.
En los círculos judiciales se compara ya a la APM con el Sepla, sindicato que se considera imprescindible en la profesión.