El regulador bancario chino estudia endurecer los requerimientos de capital a las entidades del gigante asiático, unas de las que mejor han soportado la actual crisis financiera y que lideran el ranking de beneficios de la banca mundial.
Esta medida responde al creciente temor de que se esté creando una burbuja crediticia en el país. Y es que mientras en occidente la restricción del crédito amenaza con alargar la crisis económica, en China la principal preocupación sobre el sector bancario es la fuerte expansión en los préstamos.
Según la nueva normativa que estudia la Comisión de Regulación Bancaria de China, las emisiones de deuda subordinada no podrían ser contadas como capital de las entidades. Los bancos chinos han emitido en lo que va de 2009 este tipo de deuda por una cantidad cercana a los 31.000 millones de dólares, tres veces más que en todo 2008.
Lo que busca el regulador chino con esta medida es que si la deuda subordinada queda excluida del capital, las entidades tengan un colchón mucho menor para conceder nuevo créditos.
Además, las ingentes emisiones de deuda subordinada provocan un riesgo sistémico, ya que un 51% de esa deuda subordinada emitida por las entidades está en manos de otros bancos chinos.
Hasta el momento, dos de los grandes bancos chinos en presentar sus resultados de la primera mitad del año, el International & Construction Bank of China (ICBC) y el Bank of Communications ya han presentado unos ratios de capital menores que al cierre de 2008.
El fuerte aumento de los préstamos también podría conllevar una subida de la morosidad. Aunque por el momento no se ha producido, las pérdidas por préstamos incobrados podrían también deteriorar los ratios de solvencia. Fitch Ratings señala que los bancos chinos son más lentos en reconocer los créditos incobrables, debido a las prórrogas que conceden a sus clientes.