El Plan para estimular la economía de EEUU que Barack Obama implantó hace unos meses, pierde popularidad seis meses después de el Congreso decidiese adoptarlo. El Plan consistía en destinar 787.000 millones de dólares para ayudar a la economía del país en plena crisis económica.
Hoy, la economía de la primera potencia norteamericana está mejor, aunque lejos del optimismo que la dominaba antaño. En cualquier caso, el estímulo fiscal impulsado por Obama ha perdido la aceptación de gran parte de la ciudadanía. Cuando The Wall Street Journal llevó a cabo una encuesta el pasado mes de enero, el Plan era apoyado por el 43% de los encuestados, mientras que n 27% decía estar en contra. Sin embargo, la misma encuesta elaborada en el mes de julio rescató sólo un 34% de aprobación frente a un 43% de oposición.
Según los expertos, si esta es la reacción ante una iniciativa que no pretende afectar negativamente y de forma directa a los ciudadanos, otras ambiciones del presidente, como la reforma del sistema sanitario o la del sistema educativo, podrían verse en un compromiso.
En cualquier estos mismos expertos consideran que el Plan no ha sido un error, pues en el momento de aprobarlo la recesión llevaba afectando a la economía estadounidense más de un año, y la Reserva Federal (Fed) ya había tomado algunas medidas al respecto a causa de la caída libre en el que se veía inmerso el entramado financiero del país.