Hace tiempo que muchos expertos a lo largo y ancho del globo advierten que la salvación de España se encuentra en la propia Europa. O bien el Banco Central Europeo (BCE) realiza compras masivas de bonos en los mercados secundarios de deuda, o bien Alemania permite a la Comisión Europea establecer mecanismos para que los países en dificultades puedan emitir eurobonos. ¿Por qué no se da ninguna de estas dos situaciones?
Hay dos versiones. La oficial, y que abrazan no pocos analistas, es que Alemania –que al ser la mayor economía de la zona del euro es la que más alto habla- estaría forzando a España a realizar durísimos ajustes mediante el bloqueo de estas alternativas. Este argumento defiende que, en algún punto del camino, la canciller Angela Merkel permitirá que Europa intervenga masivamente para que Madrid no tenga que solicitar una intervención del BCE, la propia Comisión y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicable al país.
La otra versión habla de ciertas ‘amistades peligrosas’ en la agenda del comisario de Mercados Internos de la Comisión, Michel Barnier. Según ha podido saber EL BOLETÍN, Barnier mantiene una estrecha relación con algunos gestores de fondos de alto riesgo establecidos en Londres, a los que además visita periódicamente. Las dudas afloran al conocer que la Comisión lleva varios años retrasando la regulación de la industria de los ‘hedge funds’, que conforman el paladín de la especulación financiera.
Con la prima española superando este viernes los 600 puntos básicos y marcando, de nuevo, máximos históricos algunos recuerdan que el propio José Luis Rodríguez Zapatero, en la primavera del 2010, ya trató de impulsar, aprovechando la presidencia de la Unión Europea (UE), una reforma para que esta clase fondos estuviesen más vigilados. Una llamada telefónica del laborista Gordon Brown, por aquel entonces ‘premier’ británico, evitó que esa reforma saliese adelante. Y desde entonces todas las declaraciones al respecto han quedado en papel mojado.