El Ibex avanza imparable y supera los 10.000 puntos. Sin embargo, algunos analistas llaman ya a la cautela: las cuentas empresariales amenazan con poner freno e incluso con imponer el rojo. La Bolsa española se mueve imparable en los últimos meses. Sin embargo, una amenaza se cierne sobre su pujante gráfica: la temporada de presentación de resultados . Las grandes cotizadas suavizan sus previsiones de negocio y los analistas auguran ya que los balances corporativos que están por venir podrían aguar la fiesta de los 10.000 puntos del Ibex.
Con un ascenso acumulado de más del 22% desde principios de año, son cada vez más los expertos que dudan de que a la Bolsa española le quede combustible para aguantar arriba en la recta final del año. Los últimos en dar la voz de alarma han sido los analistas de Mirabaud Finanzas. En un reciente informe de actualización de su estrategia operativa en el mercado nacional apuntan a que el aluvión de resultados trimestrales que este martes inauguraba Enagás podría dar paso a una prácticamente inminente corrección en buena parte del parqué.
Algunas compañías y, sobre todo, grandes brókeres internacionales han venido rebajando sus estimaciones de beneficio por acción desde la vuelta del verano a esta parte, sembrando un escenario más bien gris para la publicación de las cuentas del tercer trimestre del año. Algo que, según los gestores de la casa Mirabaud, “nunca suele ser una buena señal” y habla de que los resultados a cierre de septiembre seguirán siendo “débiles”. Una bofetada para los muchos inversores oportunistas que en las últimas semanas han seguido alimentando la remontada del Ibex esperanzados en que la mejora de cifras macro se recogiera también en los balances empresariales.
La revisión al alza de las previsiones de beneficio a medio plazo podría no ser suficiente para aguantar el tipo en trayectos inversores más cortos. Más aún cuando hace sólo unos días que se ha conseguido batir la ansiada resistencia de los 10.000 puntos que, dicho sea de paso, supera con mucho las previsiones que los gestores más halagüeños dibujaron a finales de 2012 para el conjunto de este ejercicio que muchos bautizaron como el de la recuperación económica. De hecho, los del bróker catalán apuntan que “ni los tipos ni los beneficios están sirviendo de driver para el mercado de renta variable”, que sólo se apoya en cifras macro.
El efecto de la devaluación de las divisas latinoamericanas en los resultados de las cotizadas españolas, en su mayoría con fuertes intereses al otro lado del Atlántico, podría ser la clave que provocara este cambio de tendencia que, sin embargo, podría quedarse sólo en un tropiezo. Según las proyecciones de Mirabaud, la caída de las monedas corrientes de Latinoamérica podría desdibujar hasta un 5% del Ebitda de las 35 compañías que forman parte del enérgicamente alcista Ibex 35.
Por último, otro factor apunta hacia una probable corrección en la Bolsa española. Mientras que la renta variable ha subido como la espuma en las últimas semanas, la prima de riesgo se ha mantenido casi impasible en el entorno de los 240 puntos básicos. Aunque los expertos reconocen que los jugadores de Bolsa “han leído mejor los mercados” en los últimos años, “nunca se había producido una divergencia tan grande como la actual”. Un hueco que ha dejado al Ibex sin soporte alguno en el mercado de renta fija y que amenaza con solventarse con una cercana caída en el mercado de acciones.
Desde septiembre, la correlación con la que el índice bursátil y la prima de riesgo se habían movido desde el principio de la crisis se ha roto de forma patente. Y la vuelta al equilibrio amenaza ahora con aguar las ganancias de muchos inversores. Mientras tanto, destaca el informe de Mirabaud, que el inversor de a pie y el lado vendedor del mercado no hace más que “señalar el buen momento de la economía española”. El buen tono de los datos macro podría ser la tabla de salvación del parqué madrileño según los defensores de esta teoría y señalan los expertos, “a ver quién lleva la contraria con la que está cayendo”.