Los dos accionistas de referencia de la inmobiliaria se han comprometido a recomprar hasta ocho millones de euros de su deuda para, después, convertirlos en acciones. Urbas ha revelado un nuevo plan de financiación que se ha ganado el rechazo del mercado. La inmobiliaria ha llegado a situarse como el valor más bajista de todo el Mercado Continuo al llegar a caer un 10% después de que sus dos accionistas de referencia hayan pactado cómo afrontar las dificultades financieras de la compañía.
Las responsables de esta nueva hoja de ruta financiera son Nova Lurani y Robisco Investment. Las sociedades ligadas a Juan Antonio Ibáñez, presidente y consejero delegado de Urbas, se han comprometido en virtud de su pacto inversor a “dotar a la compañía de la liquidez necesaria” para que afronte sus pagos corrientes hasta diciembre de 2017 “como mínimo”.
Precisamente, para que Urbas pueda responder a todos los pagos “necesarios para la continuación” de su actividad social de dicha actividad sin engrosar directamente su partida de deuda, ambas se han comprometido a suscribir a partes iguales una línea de crédito de hasta cuatro millones de euros. Además, las dos firmas accionistas “se comprometen a negociar, gestionar y tramitar el pago de las deudas con proveedores” de su participada, pudiendo adquirir partidas de pasivo por un máximo de ocho millones de euros adicionales y de nuevo al 50%.
En cuanto a este segundo punto, ambas firmas se han comprometido a “facilitar su posterior capitalización”. Esto es, convertir las deudas adquiridas en nuevas acciones de Urbas, con la consecuente dilución de participaciones y valor real de cada antiguo título sobre el conjunto de la compañía. Una circunstancia que, según los analistas, podría haber forzado la retirada de muchas de las apuestas especulativas que con frecuencia se formulan sobre la inmobiliaria debido a su ínfimo precio por acción.
Cada título de Urbas ha llegado a venderse este lunes por solo 0,018 euros. Un precio mínimo al que no descendía desde el pasado mes de febrero. Con un descenso del 5% en lo que va de año, la inmobiliaria tiene el precio por acción más bajo de toda la Bolsa española, con la única excepción de los también volátiles pero temporales derechos de ampliación de Amper.